TU INFORMACIÓN EN LA NUBE

ALMACENAMIENTO EN LA NUBE
  • Disponibilidad. Podemos acceder a los archivos alojados en la nube desde cualquier dispositivo conectado a Internet que cuente con la capacidad para utilizar dicho servicio. Así evitamos el uso de dispositivos de almacenamiento físicos, como una memoria USB para compartir la información.
  • Copia de seguridad. Podemos utilizar este espacio para guardar archivos a modo de copia de seguridad.
  • Compartir. Otra función que nos ofrece y muy utilizada por los usuarios, es la posibilidad de compartir la información con otras personas. Podemos hacerlo de forma limitada con aquellas que escojamos e incluso hacerlo de forma pública para que cualquier usuario pueda acceder a los archivos compartidos.
  • Sincronización. Algunos servicios permiten sincronizar automáticamente los datos entre distintos dispositivos. De esta forma un archivo que creemos o modifiquemos en un dispositivo se actualizará en todos aquellos que estén conectados al mismo servicio en la nube.
RIESGOS ASOCIADOS:
  • Cese repentino del servicio. Si la compañía que presta el servicio deja de funcionar, no podremos acceder a nuestra información y la perderemos irremediablemente.
  • Fallo en el servicio. Los fallos no ocurren a menudo, pero pueden afectarnos en alguna ocasión. Podríamos dejar de acceder puntualmente a nuestros datos debido a un fallo de conexión en nuestro dispositivo, o en el funcionamiento del propio proveedor del servicio de almacenamiento.
  • Acceso de personas no autorizadas. Para utilizar el almacenamiento en la nube siempre será necesario que nos identifiquemos con usuario y contraseña. Si por algún descuido nos roban la clave o logran descubrirla tendrán acceso a toda nuestra información.
  • La sincronización. Si accidentalmente borramos archivos en la carpeta de un equipo que hemos sincronizado, desaparecerá la información de la nube.
  • Dispositivos móviles. Merece especial atención el acceso a la nube desde las aplicaciones para móviles, ya que si el dispositivo cae en manos inadecuadas y no se han tomado las oportunas medidas de seguridad como el bloqueo de pantalla, podrán ver, compartir o borrar toda nuestra información.
  • Acción de un atacante malintencionado. Un ataque llevado a cabo por ciberdelincuentes especializados contra el servicio podría dejar toda nuestra información al alcance de cualquiera o incluso eliminarla.
  • Problemas legales. En función de los archivos que alojemos, podríamos llegar a tener problemas legales dependiendo de dónde estén ubicados físicamente los equipos de la compañía que los almacena.
  • Confusión al compartir archivos y carpetas. No es extraño conocer casos como el que le sucedió a Carlos, descrito al inicio. Bien por equivocación o bien por desconocimiento del correcto funcionamiento, algunas personas ponen a disposición de usuarios desconocidos sus archivos de forma involuntaria.
  • Espacio gratuito limitado. Los servicios más usados para guardar información en la nube son gratuitos, pero el espacio que nos ceden es limitado.
  • Velocidad de acceso reducida. La velocidad de acceso a la información que tenemos en la nube depende de nuestro proveedor de Internet y siempre es muy inferior a la velocidad de acceso a nuestro disco duro.
  • Dispositivos móviles con 3G o 4G. Si utilizamos un dispositivo móvil conectado a Internet mediante una tarifa de datos, deberemos tener cuidado de no descargar información de la nube involuntariamente o consumiremos nuestra tarifa rápidamente.
  • Datos privados. Desde que utilizamos los dispositivos móviles actuales, como smartphones y tablets, almacenamos en la nube mucha información personal y en muchos casos, ni siquiera somos conscientes de ello, lo que puede ser un riesgo para nuestra privacidad.


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